Una famosa frase de Paul Valéry ha inspirado el título de esta pieza documental que pretende abordar la variedad de aproximaciones que el arte contemporáneo nos ha ofrecido sobre un tema tan sugerente como la piel. LO MÁS PROFUNDO ES LA PIEL ha sido creado para el BAC! 04 (el V Festival Internacional de Arte Contemporáneo de Barcelona que se celebra del 30.11.04 al 12.12.04) y traza un recorrido por las obras de muchos de los creadores que han ido configurando toda una dermatología del arte. Una diversidad de enfoques y temáticas que, comentadas por el ensayista y crítico de arte Alberto Ruiz de Samaniego y el profesor de Historia de la Arquitectura Miguel Abelleira, articulan una visión heterogénea y multidisciplinar (arte, cine, arquitectura).
Desde hace siglos la piel evoca, a un tiempo, separación y vínculo. Por este carácter de frontera entre nosotros y el mundo, simboliza eficazmente múltiples paradojas de la sociedad actual, y así parecen haberla percibido un gran número de artistas. La piel se ha revelado como una metáfora idónea sobre la ambigüedad posmoderna. Como advirtió el filósofo Jean-François Lyotrad, “la superficie del cuerpo no es una superficie comparable a un telón o a una pantalla de cine o a una tela para pintar. Está llena de agujeros, o, más bien, los agujeros son parte de la piel, la piel forma involución cavando lo que se llama un interior (porque adopta el punto de vista del teatro), pero que es tan exterior como el exterior”.
Ninguna otra parte del cuerpo es tan limitadora y a la vez definitoria de nuestra identidad. En este sentido, el documental bascula en todo momento entre quienes han aportado una visión alentadora de la piel metafórica y quienes la han contemplado como un motivo de denuncia. Porque, si hacemos un poco de historia, veremos que frente a concepciones liberadoras como las defendidas por los activistas del body art –en lo que fueron los últimos coletazos de una vanguardia utópica-, las obras de las últimas generaciones denotan un desencanto y frustración notables, actitud ilustrada con frecuencia (las películas de David Cronenberg son paradigmáticas) a través de pieles consideradas más como cárceles que como soportes para la emancipación.
En los años 60 el accionista vienés Gunter Brüs, célebre por sus actuaciones en la propia piel, explicó la opción utópica: “La autopintura es una evolución de la pintura. El lienzo ha perdido su función como único soporte de expresión. La pintura ha vuelto a sus orígenes, al muro, al objeto, al ser vivo, al cuerpo humano. [...] Todo se tiñe de blanco, todo se convierte en lienzo.” En la misma época, Piero Manzzoni elevaba a la categoría de obra de arte los cuerpos sobre cuya piel firmaba. Veinte años después, toda ingenuidad había desaparecido ya. El esqueleto radiografiado de Barbara Kruger en Memory is Your Image of Perfection o las marcas cicatrizadas de firmas como Bvlgari o Nike simuladas sobre la piel de modelos publicitarias, obra de Daniele Buetti, no hacen sino asociar la piel a una especie de esclavitud, de carácter estético en el primer caso y vinculada al capitalismo en el segundo. Como ha dicho Juan Antonio Ramírez “el interior del cuerpo (el esqueleto) es lo permanente, y la envoltura no visible (carne y piel) se presenta como algo sometido a las inevitables transformaciones aportadas por el tiempo. La transparencia parece ser para Kruger una manera de contemplar la esencia” “Si la firma del artista convertía al cuerpo en obra de arte, la marca escarificada en las imágenes de Buetti lo transforma en mercancía”
La piel ha sido considerada, por otra parte, como un archivo privilegiado de nuestra trayectoria vital. La tradición de este enfoque ha sido riquísima, y LO MÁS PROFUNDO ES LA PIEL ha querido acercarse también a ella. Desde el retrato de Andy Warhol fotografiado por Richard Avedon, en el que solamente se muestra su torso cicatrizado después del atentado que sufrió en 1968, hasta la performance de Santiago Sierra en la que tatuó a cambio de dinero a seis personas, pasando por la trayectoria de Orlan o las múltiples reflexiones que el tatuaje ha suscitado. Estos y otros aspectos son tratados a través de las obras de artistas como Joseph Beuys, Yves Klein, Jana Sterbak, Damien Hirst o Aganetha Dyck.
Productor ALFONSO GONZÁLEZ
Idea y guión RUBÉN PARDIÑAS
Edición CARLOS AGUILERA
Cámara IVÁN L. GIMENO
Música ARNOLD SCHOENBERG, JAN DISMAS ZELENZA, ANTONIO VIVALDI, LUDWIG VAN BEETHOVEN, GEORG FRIEDRICH HAENDEL
Duración 36 minutos
Formato MP4
Tamaño 81´3 MG
Agradecimientos EMMA AGRA ROMANÍ, IRIA CANDELA, ANTONIO DURÁN, MIGUEL GAVITO, DAVID GÓMEZ, CARLOS HEREDERO, ALBERTO LEAL, ADRIÁN LÓPEZ, DANIEL SOTO, BREIXO VIEJO
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